Pescado en la dieta mediterránea
Uno de los alimentos característicos de la dieta mediterránea es el pescado, el cual reina por encima de las otras carnes ya que contiene bioproteínas de mayor valor nutritivo que éstas últimas, además de aminoácidos y ácidos grasos como el omega 3. Una de las mejores muestras de los beneficios del pescado está en la población esquimal de Groenlandia, aunque lejos del Mediterráneo, estos asiduos consumidores de pescado presentan una incidencia casi nula de enfermedades cardiovasculares.
Según un estudio realizado, en este grupo la presencia de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo) es súper baja en comparación con la de lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol bueno), lo cual se explica por su alto consumo de pescado. El pescado posee un alto contenido de grasos poliinsaturados de la serie omega-3, componentes fundamentales de los fosfolípidos de las membranas celulares que favorecen los intercambios químicos. El pescado de preferencia en la dieta mediterránea es el pescado azul, como la caballa, el atún y la sardina, que es el que contiene las grasas poliinsaturados que ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares por sus propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras, que facilitan el flujo sanguíneo hacia el corazón. Consejo: la mejor manera de consumir pescado es al vapor, al horno o a la plancha, sazonado con aceite de oliva u otro aceite de semillas. Si bien lo mejor es consumirlo fresco, si deseas conservarlo ponlo en un recipiente de vidrio con Aceite de Oliva o déjalo secar con papel encerado para guardarlo en la nevera. |
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