Ahora que hace buen tiempo, es importante practicar deportes al aire libre (aeróbicos), tanto en compañía como solos. En bicicleta o a pié. No hay excusa para la práctica de esta saludable actividad, que, sin lugar a dudas nos hará sentir mejor y en forma.
Pero la actividad física, tan recomendada en la actualidad, requiere, para una adecuada práctica, una correcta alimentación. Sobre todo por el gasto que conlleva. Dependiendo del tipo de deporte y estado del deportista, el gasto energético será mayor o menor.
Todo el mundo conoce una enorme cantidad de productos que presumiblemente cubren estas demandas energéticas o que mejoran el rendimiento. Son ayudas ergogénicas. Generalmente, son complementos nutricionales: vitaminas, glucosa, aminoácidos, ácido linoléico conjugado, L-carnitina, taurina, cafeína. O de carácter dopante: las hormonas. Estas sustancias, no son necesarias para la práctica diaria de deportes. Es suficiente una buena alimentación para darnos cuenta de ello.
La actividad física supone un gran gasto de energía. Según el deporte y la intensidad, hará que nuestro cuerpo se incline a consumir un nutriente u otro para su mejor funcionamiento. En actividades cortas e intensas nuestro organismo quemará principalmente azúcares. En cambio, en actividades largas y poco intensas quemará principalmente grasas.
Según la actividad deportiva que realicéis es aconsejable un tipo de dieta u otro para cubrir esas demandas energéticas. No obstante, los deportes que se suelen practicar, queman tanto grasas como azucares, además de una enorme cantidad de vitaminas, por lo que la dieta tiene que estar representada por ambos nutrientes, y se deberá incluir proteínas, vitaminas, minerales y mucha agua.
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